2022 ● Vol 7 ● Nº 1
Hepatología Pediátrica

Introducción

Autor: Galera Peinado A1

1 Miembro del Grupo de Gastroenterología y Nutrición de la AEPap. . España.

El hígado es un órgano fundamental en la fisiología de nuestro organismo: interacciona con diferentes órganos y sistemas, y tiene múltiples funciones: digestivas, metabólicas, de almacenamiento, inmunológicas, detoxificantes y hematopoyéticas. La orientación diagnóstica ante una sospecha de enfermedad hepática en el niño es compleja, porque las causas pueden ser innumerables. A esto se añade el hecho de que los síntomas clínicos de presentación son con frecuencia inespecíficos o incluso inexistentes, y que la alteración en las pruebas de función hepática es un hallazgo casual en muchas ocasiones.

Este monográfico tiene como objetivo proporcionar al pediatra de Atención Primaria las herramientas necesarias para:

  • El reconocimiento y abordaje inicial de las hepatopatías.
  • La realización del diagnóstico diferencial con otras patologías.
  • Determinar en qué momento se ha de derivar al especialista en gastroenterología.

Con este fin, hemos seleccionado una serie artículos que describimos a continuación:

  • La hipertransaminasemia como alteración analítica aislada es un hallazgo frecuente en el paciente pediátrico. Es un dato inespecífico que puede ser la primera manifestación de una hepatopatía potencialmente grave en un paciente asintomático, o que puede deberse a procesos extrahepáticos. Requerirá la realización de una anamnesis detallada y una adecuada exploración física, solicitando posteriormente pruebas de laboratorio y pruebas complementarias de forma escalonada para llegar al diagnóstico.
  • La hepatomegalia es un signo físico que no debe pasar desapercibido, puesto que puede ser la manifestación de una hepatopatía o de un trastorno sistémico con expresión hepática. En el abordaje inicial, debemos valorar la gravedad del cuadro clínico y la cronicidad de este. Es importante hacer un diagnóstico precoz, porque pueden existir tratamientos específicos en algunas de las patologías que prevengan la progresión de la enfermedad.
  • La ictericia neonatal es un proceso muy común en recién nacidos sanos durante la primera semana de vida. Los casos de ictericia prolongada deben ser evaluados siempre, descartando en primer lugar la colestasis neonatal, que es una urgencia diagnóstica, ya que el pronóstico depende de un tratamiento precoz.
  • La esteatosis hepática o hígado graso es una entidad más dentro de las que componen la definida como enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA). En las últimas décadas se ha convertido en la patología hepática más frecuente en preadolescentes y adolescentes, relacionada principalmente con la epidemia de obesidad de los países desarrollados.
  • La hepatitis autoinmune presenta un amplio espectro de síntomas, tanto agudos como crónicos. Hasta en una cuarta parte de los pacientes el hallazgo es accidental al detectarse una hipertransaminasemia sin signos ni síntomas. El diagnóstico se basa en la combinación de criterios clínicos, analíticos, inmunológicos e histológicos que debemos conocer para realizar una adecuada aproximación inicial, dado que un porcentaje considerable de pacientes consigue la remisión cuando se instaura el tratamiento adecuado.
  • La forma más importante de prevenir la hepatitis A es la vacunación, que es clave para reducir la incidencia de la enfermedad. Actualmente en España, la vacunación frente al virus de la hepatitis A (VHA) forma parte del calendario de vacunación universal únicamente en Cataluña, Ceuta y Melilla, mientras que en el resto de comunidades autónomas solo se vacuna a determinados grupos de riesgo que debemos conocer.
  • También gracias a los programas de vacunación, la prevalencia de hepatitis B está disminuyendo de forma global. Los casos registrados en Pediatría suelen ser pacientes inmigrantes o adoptados que no han recibido la pauta vacunal, o hijos de madres infectadas que no han recibido profilaxis adecuada tras el parto para evitar la transmisión vertical. Es importante tener en cuenta esto, dado que si el contagio tiene lugar en periodo neonatal o en <5 años, la evolución a cronicidad es mucho más elevada que en adultos.
  • La forma más frecuente de adquisición de la infección por virus de la hepatitis C (VHC) en niños de países desarrollados es por transmisión vertical y no existe una vacuna eficaz. Con el uso de fármacos antivirales de acción directa se ha conseguido el tratamiento y curación generalizada de los adultos infectados. El tratamiento antiviral ha sido autorizado desde 2017 para adolescentes y desde 2020 para niños. No es obligatorio determinar anti-VHC en gestantes en ningún país, aunque se recomienda realizarlo rutinariamente porque hay tratamiento eficaz y porque permite la identificación de niños con riesgo.

Esperamos que los temas seleccionados sean de utilidad para una mejora en la práctica clínica diaria, y damos las gracias al comité editorial de FAPap por ofrecer al Grupo de Gastroenterología y Nutrición la posibilidad de desarrollar este monográfico.

Cómo citar este artículo

Galera Peinado A. Introducción. FAPap Monogr. 2022;7:1-2.