2022 ● Vol 7 ● Nº 1
Hepatología Pediátrica

Hepatitis C en Pediatría

Autores: Recio Linares A1, Berghezan Suárez A2, García Higuera A3, Nieto Serrano A4, Cabello García I5, Losada Pinedo B6

1 Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición. Hospital Universitario Fundación de Alcorcón. Madrid. España.
2 Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición. Hospital Marina Baja. Alacant. España.
3 Atención Primaria. CS de San Martín de la Vega. Madrid. España.
4 Atención Primaria. Consultorio Miraflores de la Sierra. Madrid. España.
5 Atención Primaria. CS La Puebla de Montalbán. Toledo. España.
6 Hospital General Universitario de Toledo. Toledo. España.

PUNTOS CLAVE

  • La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) es la causa más frecuente de hepatitis crónica tras la vacunación de la hepatitis B, tanto en el niño como en el adulto.
  • La OMS estimó una prevalencia en 2016 de 71 millones de personas en el mundo infectadas; esa cifra, en el rango de edad de 0 a 18 años, es de 3,6 millones (0,13%).
  • La transmisión más frecuente en la edad pediátrica es la vertical, de una madre con hepatitis C (HC) a su hijo, con tasas de entre el 4 y el 8%, siendo más altas en el caso de madres con coinfección por VIH o con altas cargas virales en el momento del parto.
  • La transmisión vertical viene definida por la presencia de ARN viral en dos ocasiones durante los primeros meses de vida o anti-VHC a los 18 meses de edad.
  • En España no está indicado el screening de HC de forma rutinaria y solo se hace en madres con factores de riesgo.
  • No están contraindicados ni el parto vaginal ni la lactancia materna en ausencia de grietas.
  • La infección crónica viene definida por la persistencia de ARN viral a los 3 años de vida.
  • El 20% de los niños experimentan un aclaramiento viral espontáneo antes de los 3 años, mientras que el resto desarrollan la infección crónica.
  • En niños, esta infección es silente, con hepatomegalia y elevación de enzimas hepáticas como los hallazgos más frecuentes. A los 10-30 años de la infección, entre el 1-5% podrían desarrollar cirrosis; son muy raros los casos de hepatocarcinoma.
  • Hasta hace unos años el tratamiento se basaba en IFN-peg y ribavirina. Desde 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han ido aprobando nuevos antivirales de acción directa que se pueden administrar en >3 años y tienen muchas ventajas respecto a los fármacos previos.

RESUMEN

La infección por el VHC supone la causa más frecuente de hepatitis crónica en el niño y el adulto tras la vacunación global de la hepatitis B. En la edad pediátrica, la forma de transmisión más frecuente es la vertical, con tasas de entre el 4 y el 8% en el caso de madres con HC. En España no se hace screening de HC en la mujer gestante de forma rutinaria. No existe tratamiento antiviral aprobado durante la gestación, ni tampoco profilaxis activa y pasiva en el recién nacido hijo de madre con HC. La infección crónica se produce hasta en el 80% de los niños infectados. En los últimos años, los nuevos fármacos para el tratamiento de la HC han dado un vuelco a la historia natural de la enfermedad.

EPIDEMIOLOGÍA

La infección por el VHC es una causa importante de enfermedad hepática a nivel mundial. En adultos, la evolución a cirrosis y hepatocarcinoma ocurre en el 10-20% y el 1-5% de los casos, respectivamente, siendo raro en la infancia. En los países industrializados, gracias a la vacunación sistemática frente al virus de la hepatitis B (VHB), el VHC es la causa más frecuente de hepatitis crónica tanto en niños como en adultos, y es la primera causa de trasplante hepático en población adulta en EE. UU. y en algunos países de Europa. En 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que 71 millones de personas vivían con HC en el mundo1. En ese mismo año, la OMS lanzó un objetivo para el año 2030: que el VHC dejara de suponer una amenaza para la salud pública, entendiéndose esto como la reducción de las muertes en relación con el virus en un 65% y de las nuevas infecciones en un 90%2.

Según una revisión sistemática reciente3, la prevalencia global del VHC en la población entre 0 y 18 años en el año 2018 fue del 0,13%, lo que corresponde a 3,6 millones de niños y adolescentes infectados. De estos, el 80% se agrupaban en 23 países; y el 50%, específicamente en 4 (Pakistán, China, India y Nigeria). Datos más recientes procedentes de un metaanálisis muestran seroprevalencia en niños del 0,34% en Europa, siendo las cifras más bajas; y del 3,02% en África, con los peores datos4.

VIRUS DE HEPATITIS C

El VHC es un virus ARN que pertenece a la familia Flaviviridae y está formado por partículas esféricas con envuelta de 40-60 nm de diámetro. Se descubrió en la década de 1970, al identificarse un virus no A-no B que producía un cuadro de hepatitis postransfusional, pero no fue hasta 1979 cuando se acuñó el nombre de hepatitis C. La investigación encabezada por Houghton, Rice y Alter5 sobre la caracterización del genoma del VHC recibió el Premio Nobel de Medicina en 2020. Se han descrito 6 genotipos diferentes6, con más de 50 subtipos (los más frecuentes: 1a, 1b, 2a, 2b). El genotipo 1 es el más frecuente, con el 60-75% de todos los casos, y predomina en EE. UU., Latinoamérica y Europa. El genotipo 2 es también propio de América y Europa. El genotipo 3 es frecuente en la India y Australia. El 4 es típico de África y el Medio Este y está emergiendo en Europa por el abuso de drogas por vía parenteral y por prácticas sexuales de riesgo. El 5 es propio de Sudáfrica, y el 6 es común en Hong Kong y Vietnam.

Vías de transmisión

La vía de transmisión más frecuente en la infancia es la vertical. En la edad adulta, en países industrializados, la vía más frecuente es la parenteral, por abuso de drogas; y en países de renta baja, la ligada a transfusiones, procedimientos médicos o iatrogénica7.

Transmisión vertical

La infección vertical viene definida por la presencia de ARN viral en dos determinaciones separadas y realizadas al menos con 2 meses de vida, o por la presencia de anti-VHC a los 18 meses de edad. La tasa de infección vertical oscila entre el 4 y el 10%, y es 4 veces mayor en mujeres con coinfección por el VIH. Según el estudio de Mok et al.8, hasta una tercera parte de las infecciones madre-hijo tienen lugar intraútero, algo que se confirma en estudios similares. En estos casos, la mayoría de los recién nacidos tienen ARN viral detectable los primeros meses de vida, mientras que cuando la infección es en el periparto o posparto, el ARN viral no se detecta hasta edad más avanzada.

Se han encontrado factores de riesgo en relación con la transmisión madre-hijo; por un lado, los factores maternos, entre los que destacan la carga viral (sobre todo en el momento del parto) y la coinfección por VIH; por otro lado, los obstétricos, entre los que cabe mencionar la monitorización invasiva intraparto, la bolsa rota prolongada >6 horas o la episotomía9. Parece que ni el genotipo materno, ni el modo de parto ni la lactancia materna (en ausencia de grietas) se asocian a un incremento del riesgo de transmisión.

Transmisión horizontal

  • Transfusiones: el riesgo de transmisión a través de transfusiones sanguíneas se redujo con el screening en donantes desde 1990.
  • Transmisión sexual: constituye una causa frecuente de infección en adultos, sobre todo en varones que mantienen relaciones con otros hombres o con heterosexuales que tienen múltiples parejas.
  • Inoculación percutánea: por abuso de drogas por vía parenteral. También se han encontrado casos por tatuajes, piercings o acupuntura.
  • Infección nosocomial: ocurre mediante instrumentos contaminados o pinchazos accidentales, normalmente de paciente a paciente o de paciente a personal sanitario.
  • Otros mecanismos: a través de trasplantes de células hematopoyéticas u órganos sólidos, así como pequeñas lesiones en la piel.

Embarazo y hepatitis C

Gestante

La mayoría de las sociedades no incluyen en sus recomendaciones el cribado de hepatitis C en la mujer gestante en ausencia de factores de riesgo. Dicha conducta se justifica porque no existen medidas preventivas para evitar la transmisión vertical y porque no se han hecho estudios que demuestren su coste-efectividad. Sin embargo, parece claro que la gestación es un momento clave para detectar la infección, puesto que la mujer tiene acceso inmediato a los recursos médicos10.

El aumento en la tasa de infección por el VHC de la mujer en edad fértil y la aparición de los antivirales de acción directa (AAD), que podrían usarse durante la gestación, han hecho que empiecen a cambiar estas indicaciones de modo que la AASLD (American Association for the Study of Liver Diseases)11 y la EASL (Asociación Europea para el Estudio del Hígado)12, entre otras, recomiendan el screening de la HC en la mujer gestante.

No existe tratamiento antiviral específico para la HC durante el embarazo, ya que la combinación de IFN-peg y ribavirina tiene efectos teratogénicos (se debe suspender 4-6 meses antes de la concepción). Hasta el momento, no existen estudios de seguridad sobre el uso de los nuevos antivirales durante ese periodo. Algunas sociedades sí recomiendan tratar a las mujeres antes de planificar el embarazo.

Como se ha mencionado previamente, el riesgo de transmisión vertical en una madre con HC depende de factores maternos y obstétricos9.

Parto

No se ha observado un descenso en el riesgo de transmisión en los partos realizados por cesárea, por lo que actualmente no se aconseja realizar cesárea de forma sistemática a las madres infectadas por VHC a no ser que esté indicado por otras razones13.

Recién nacido

No existe profilaxis para el recién nacido hijo de madre con HC. En cuanto a la lactancia materna, a pesar de que se ha demostrado la presencia de partículas virales en el calostro de madres infectadas, la carga viral es tan baja que no es suficiente para causar infección en el recién nacido. Aun así, el VHC se transmite por sangre, por lo que si la madre tuviera grietas, debería suspender la lactancia de manera transitoria14.

Seguimiento del recién nacido hijo de madre VHC15

Madre:

  1. Consejo preconcepcional: a una mujer con deseo de gestación se le debe de informar del riesgo que tiene de trasmitir la infección a su bebé (4-10%) y, en caso de hacer tratamiento previo con IFN-peg y ribavirina, de que debe suspenderlo 4-6 meses antes de la concepción.
  2. Cribado de la infección durante la gestación: en España no está indicado el cribado de HC de forma rutinaria; solo se contempla en determinadas situaciones como: madre ADVP, infección por VHB o VIH, pareja infectada por VHC, hipertransaminasemia, reproducción asistida, prueba invasiva, diálisis, transfusiones antes de la década de 1990, procedencia de zonas endémicas, tatuajes y piercings.
    Ante un resultado positivo de los anti-VHC debe determinarse el ARN viral para distinguir entre infección crónica (si ARN presente) o curada (si ARN ausente).
  3. Controles gestacionales y parto: si durante el parto estuviera indicada una prueba invasiva para el cribado de aneuploidias, será de elección la amniocentesis. Debe evitarse la monitorización fetal invasiva. No está contraindicado el parto vaginal.

Recién nacido:

  1. Vacunación HB y lactancia materna: el recién nacido se vacunará de hepatitis B. La madre puede ofrecer lactancia materna, salvo ante la presencia de grietas en el pezón.
  2. Determinación de ARN viral y anti-VHC: se propone determinar el ARN viral por PCR a los 3 meses de vida. La negatividad de la prueba es altamente predictora de ausencia de infección. Si la prueba es positiva, se confirmará con otra determinación a los 6 meses (se podría esperar a pedir anti-VHC a los 18 meses pero a veces hay ansiedad familiar y no es posible). Si a los 3 años persiste carga viral detectable, se planteará tratamiento al asumir que no habrá aclaramiento espontáneo del virus.

Historia natural de la hepatitis C

Tras la infección vertical y en ausencia de tratamiento, se produce aclaramiento viral espontáneo en el 20% de los niños durante los primeros 3 años de vida mientras que el 80% evoluciona a una hepatitis crónica.

La infección crónica viene definida en el adulto por la detección de ARN viral en dos determinaciones separadas 6 meses; y en el niño, por la detección de ARN viral a los 3 años de vida (en el caso de la transmisión vertical que es la forma de transmisión más frecuente).

Los niños tienden a padecer una enfermedad más indolente que los adultos. La infección crónica suele ser asintomática. En el 10% de los casos se encuentra hepatomegalia; y a lo largo del seguimiento, hasta el 50% de los niños infectados muestran elevación de enzimas hepáticas (Figura 1). A los 20-30 años de la infección, hasta el 5% desarrollan cirrosis; son muy raros los casos de hepatocarcinoma10.

Figura 1. Transmisión vertical del virus de la hepatitis C. Mostrar/ocultar

Tratamiento de la hepatitis C crónica

La aparición de los nuevos antivirales en estos últimos años ha dado un giro de 180° a la historia natural de la infección por HC en la infancia (Figura 2).

Figura 2. Genoma del VHC y antivirales de acción directa (extraído de NASPGHAN 2020)10. Mecanismo de acción de algunos de los antivirales de acción directa presentes en el mercado. Mostrar/ocultar

En el trabajo de Malik et al.16 se resumen guías de práctica clínica y estrategias nacionales sobre el tratamiento de la infección por el VHC (North American Society of Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition 2020; American Association for the Study of Liver Disease 2020; European Association for the Study of Liver Disease 2020; World Health Organization 2018; European Society of Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition 2018).

El tratamiento se debe plantear en todo paciente pediátrico con infección por HC confirmada (naive o tratado previamente) independientemente de si presenta o no elevación de enzimas hepáticas o fibrosis. Hasta 2017, solo se encontraban disponibles en el mercado los antiguos antivirales, IFN-peg y ribavirina, de administración subcutánea durante 24-48 semanas, con tasas de RVS (respuesta viral sostenida) muy bajas y frecuentes efectos adversos. En 2017, la FDA aprueba el uso de los nuevos antivirales de acción directa en >12 años, y en 2019 se amplían las indicaciones para niños entre 3 y 12 años. Estos fármacos suponen una importante mejora por su administración oral en periodos más cortos, por sus escasos efectos secundarios y por presentar respuesta virológica sostenida superior al 90%10. En Europa, la EMA aprobó estos fármacos en niños >3 años entre 2020 y 2021 (se usaban previamente en niños >12 años).

FÁRMACOS ACTUALMENTE APROBADOS POR LA EMA

  • Genotipos 1, 4, 5 y 6 en niños >3 años: Ledipasvir + sofosbuvir (Harvoni®). Inhibidores selectivos de la proteína NS5A y NS5B, respectivamente (que interaccionan con la ARN polimerasa).
  • Genotipos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 en niños >3 años. Glecaprevir + pibrentasvir (Maviret®). Inhibidores de la proteasa NS3/4A y NS5A, respectivamente.
  • Genotipos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 en niños >3 años. Sofosbuvir + veltapasvir (Epclusa®). Inhibidores selectivos de la proteína NS5B y NS5A, respectivamente (que interaccionan con la ARN polimerasa).

RECOMENDACIONES DEL ESTILO DE VIDA Y SEGUIMIENTO17

Estilo de vida

Los adolescentes deben ser instruidos en evitar alcohol, marihuana, ingesta excesiva de colesterol y obesidad (factores implicados en peor evolución en adultos), y en la posibilidad de transmisión por relación sexual. No deben compartir útiles de afeitado, cepillo dental u otros instrumentos que potencialmente puedan contaminarse con sangre. Deben recibir vacuna de hepatitis A (y la vacuna de la hepatitis B en hijos de madre VHC positiva al nacimiento) por tener un curso más grave sobre hepatitis C.

Seguimiento

Se harán controles serológicos semestrales. Se solicitará ARN viral hasta los 3-4 años para comprobar si se da el aclaramiento espontáneo. Ante una elevación de transaminasas, se hará despistaje de otras enfermedades que cursan con hipertransaminasemia, en especial de la hepatitis autoinmune, y se solicitarán las pruebas complementarias que sean necesarias.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Global Hepatitis Report, 2017 [en línea] [consultado el 30/03/2022]. Disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/global-hepatitis-report-2017.
  2. Organización Mundial de la Salud (OMS). Global Health Sector Strategy on viral hepatitis 2016-2021, towards ending viral hepatitis, 2016 [en línea] [consultado el 30/03/2022]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/246177
  3. Schmelzer J, Dugan E, Blach S, Coleman S, Cai Z, De Paola M, et al. Global prevalence of hepatitis C virus in children in 2018: a modelling study. Lancet Gastroenterol Hepatol. 2020;5:374-92.
  4. Melikoki V, Kourlaba G, Kanavaki I, Fessatau S, Papaevangelou V. Seroprevalence of Hepatitis C in children without identifiable risk-factors: A systematic review and meta-analysis. JPGN 2021;72:40-8.
  5. Burki T. Nobel prize for hepatitis C virus discoverers. Lancet. 2020;396:1058.
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  7. Jhaveri R. Hepatitis C virus infection in children. En: UpToDate [en línea] [consultado el 30/03/2022]. Disponible en: https://www.uptodate.com/contents/hepatitis-c-virus-infection-in-children
  8. Mok J, Prembey L, Tovo P, Newell M. When does mother to child transmission of hepatitis C virus occur? Arch Dis Child Fetal Neonatal Ed. 2005;90:156-60.
  9. Tosone G, Maraolo AE, Mascolo S, Palmiero G, Tambaro O, Orlando R. Vertical hepatitis C virus transmission: Main questions and answers. World J Hepatol. 2014;6:538-8.
  10. Leung DH, Squires JE, Jhaveri R, Kerkar N, Lin CH, Mohan P, et al. Hepatitis C in 2020: a North American society for pediatric gastroenterology, hepatology, and nutrition position paper. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2020;71:407-17.
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  12. Pawlotsky JM, Negro F, Aghemo A, Berenguer M, Dalgard O, Dusheiko G, et al. EASL recommendations on treatment of hepatitis C: final update of the series. J Hepatol. 2020;73: 1170-218.
  13. McIntyre PG, Tosh K, McGuire W. Caesarean section versus vaginal delivery for preventing mother to infant hepatitis C virus transmission. Cochrane Database Syst Rev. 2006: CD005546.
  14. Cottrell EB, Chou R, Wasson N, Rahman B, Guise JM. Reducing risk for mother-to-infant transmission of hepatitis C virus: a systematic review for the US Preventive Services Task Force. Ann Intern Med. 2013;158:109-13.
  15. Campins Martí M, Frick MA, Soler Palacín P, Castillo Salinas F, Suy Franch A, Buti Ferret M. Protocolo de seguimiento del recién nacido de madre con infección por el virus de la hepatitis C. Hospital Universitari Vall d´Hebron, Barcelona 2019 [en línea] [consultado el 30/03/2022]. Disponible en: https://www.upiip.com/sites/upiip.com/files/Protocolo%20VHB.pdf.
  16. Malik F, Bailey H, Chan P, Collins IJ, Mozalevskis A, Thorne C, et al. Where are the children in national hepatitis C policies? A global review of national strategic plans and guidelines. JHEP Reports. 2021;3:100227.
  17. Jara P. Hepatitis crónica C. En: Manual de Tratamiento en Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, 5.ª edición. Madrid: Ergón; 2021. p. 462-71.

Lecturas recomendadas

Cómo citar este artículo

Recio Linares A, Berghezan Suárez A, García Higuera A, Nieto Serrano A, Cabello García I, Losada Pinedo B. Hepatitis C en Pediatría. FAPap Monogr. 2022;7:43-8