1 Pediatra. CS de Alzira. Valencia. España.
2 Pediatra. CS San Felipe. Jaén. . España.
En los últimos años ha cambiado el concepto de control del asma, las guías de práctica clínica (GPC) hablan de control actual de los síntomas y de control del riesgo futuro de resultados adversos. Actualizamos los estándares de calidad de prescripción para el asma de los niños mayores de cuatro años y adolescentes con el fin de adaptarlos a este concepto. En general los niños con asma están asintomáticos la mayor parte del tiempo, presentando episodios ocasionales de intensidad variable de tos, sibilancias y dificultad respiratoria durante las infecciones virales, después del ejercicio o de la exposición a alérgenos y solo un 5-10% presenta síntomas persistentes.
Los objetivos del manejo del asma son los mismos en todos los grupos de edad:
Estos objetivos se alcanzan mediante la evaluación, el ajuste del tratamiento y el examen periódico de la respuesta obtenida, incluida la efectividad y los efectos secundarios1.
Al hablar de control del asma se hace referencia al grado en el que las manifestaciones del asma están controladas con o sin tratamiento. Tiene dos componentes: el estado del asma del niño a lo largo de las cuatro semanas previas (control de los síntomas) y de qué forma puede afectarle el asma en el futuro (control del riesgo futuro)1,2.
La evaluación del control actual del asma se basa en los síntomas, la limitación de las actividades y el uso de medicación de rescate (Tabla 1).
Tabla 1. Grado de control del asma (GINA 2015) Mostrar/ocultar
La gravedad del asma se evalúa retrospectivamente mediante el nivel de tratamiento necesario para el control de los síntomas y las exacerbaciones. No es una característica estática y puede modificarse a lo largo de meses o años.
Actualmente existen fármacos muy eficaces para el control de la sintomatología y de las exacerbaciones, por lo que se asume que la morbilidad que acompaña al asma infantil es, la mayor parte de veces, evitable1-5,26.
Para cumplir el objetivo de alcanzar y mantener el control se recomiendan los siguientes pasos:
Los fármacos constituyen tan solo uno de los componentes del manejo del asma; otros componentes clave son la educación sanitaria, la enseñanza del uso de los dispositivos de inhalación y de fomento de la adherencia, así como el control ambiental, la vigilancia regular y la revisión clínica1.
Las decisiones en cuanto a cuál es la medicación de elección en cada paso para el control de los síntomas de asma y reducir al mínimo el riesgo futuro se basan en los datos de eficacia, efectividad y seguridad obtenidos de los ensayos clínicos aleatorizados, metaanálisis y estudios observacionales. Se recomienda la medicación de control que proporciona la mejor relación beneficio-riesgo (incluido el coste).
Para los grados de evidencia del documento se utiliza la metodología seguida por la guía Global Initiative for asthma (GINA)1, para las recomendaciones la metodología de la British guideline on the management of asthma de la British Thoracic Society (BTS)4 y el método Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE), cuando hacemos referencia a la GPC del País Vasco actualizada5.
Inhalador de medicación sintomática según las necesidades:
Medicación de control en dosis bajas más medicación sintomática según las necesidades.
Elección del medicamento controlador
Tabla 2. Dosis equipotentes de CI en mcg/día1 Mostrar/ocultar
Tabla 3. Tabla de equivalencias de dosis de CI para niños asmáticos (GPC actualizada Osakidetza)5 Mostrar/ocultar
Momento de introducción de los corticoides inhalados. ¿A qué niños se debe prescribir un tratamiento de control regular?
No todas las GPC coinciden, y en las actualizaciones del 2015 se observa una tendencia a introducir antes el tratamiento controlador.
Según GINA, en pacientes mayores de cinco años de edad se debe introducir un corticoide inhalado en caso de:
También debe considerarse la posibilidad de un uso regular de CI a dosis bajas, además de los BAC según las necesidades, en los pacientes con riesgo de exacerbaciones (evidencia B): mala adherencia, técnica de uso del inhalador incorrecta, FP baja, exposición al humo de tabaco, mal control de los síntomas, antecedentes de > 1 exacerbaciones en el año anterior.
Dosis inicial de corticoides inhalados
Iniciar el tratamiento con dosis baja diaria regular (evidencia A).
En mayores de 12 años empezar con unas dosis de 400 μg/día de budesonida o equivalente (grado de recomendación D) para GINA (evidencia A).
En niños de 5 a 12 años empezar con una dosis de 200 μg/día (grado de recomendación D)(GINA).
Este tratamiento inicial debe mantenerse durante al menos tres meses para establecer su efectividad en la obtención de un buen control del asma.
La dosis de mantenimiento de los CI será la dosis más baja en la que se consiga un control efectivo y mantenido del asma (grado de recomendación D).
Empezar con una tanda corta de corticoides orales e iniciar un tratamiento de control regular con dosis alta de CI si la presentación inicial del asma es una exacerbación aguda o un asma no controlado grave (evidencia A).
Se sugiere considerar el CI más adecuado en función de la edad, el coste, el tipo de dispositivo de inhalación y las preferencias de los niños con asma y/o sus cuidadores. Mometasona y Ciclesonida son fármacos no indicados en niños menores de doce años, por lo que no se puede recomendar su utilización en dicha población (grado de recomendación débil).
Frecuencia de las dosis de corticoides inhalados
Administrar el CI dos veces al día (excepto ciclesonida) (grado de recomendación A).
Una vez establecido un buen control del asma considerar administrar la dosis total diaria en una sola vez (grado de recomendación A).
Seguridad de los corticoides inhalados
La administración en niños de dosis ≥ 400 μg de CI (budesonida equivalente) se puede asociar con efectos secundarios sistémicos como la disminución del crecimiento, por lo que se recomienda:
Bajada de escalón
En escolares con asma leve persistente en los que se plantea discontinuar el tratamiento con CI (debido al buen control de asma con CI durante un periodo de tiempo prolongado), se sugiere (grado de recomendación) como una de las posibles estrategias para bajar el escalón de tratamiento, la interrupción del tratamiento diario de mantenimiento con CI y la sustitución de este por tratamiento con CI a demanda, es decir, utilizado solo durante las crisis junto con agonistas β2.
Considerar la interrupción del tratamiento de control únicamente si no ha habido síntomas durante 6-12 meses y el paciente no presenta factores de riesgo. Proporcionar un plan escrito paras el asma y mantener una vigilancia estricta (evidencia D).
Otros medicamentos preventivos
Niños de 6-12 años
En los adolescentes
El aumento de tratamiento preferido es una combinación de CI y agonistas β2 de acción larga (evidencia A).
Se recomienda no utilizar la terapia SMART en el tratamiento de niños asmáticos (grado de recomendación fuerte).
Bajada de escalón
Considerar la posibilidad de reducir el tratamiento una vez alcanzado un buen control del asma y haberlo mantenido durante unos tres meses, con objeto de encontrar el tratamiento mínimo que controle al paciente, tanto los síntomas como las exacerbaciones.
En escolares con asma moderada-severa bien controlada con CI y BAL no existe evidencia sobre como disminuir el escalón terapéutico. Se sugiere reducir la dosis de CI como primer paso en la disminución de escalón terapéutico y no la retirada del BAL (grado de recomendación débil).
La recomendación podría cambiar cuando se publiquen estudios prospectivos que evalúen la seguridad de los BAL.
Combinación de medicamentos en un solo dispositivo de inhalación
No hay diferencias en la eficacia en tomar corticoides inhalados y BAL combinados en un único inhalador o inhaladores separados.
El dispositivo único facilita la cumplimentación.
Si el control del asma permanece inadecuado tomando CI a dosis de 400-800 μg junto con β2 de acción prolongada hay varias opciones a considerar:
Si un ensayo de aumento de medicación es ineficaz, se debe interrumpir, en el caso de haber incrementado la dosis de CI, reducir hasta la dosis inicial.
Antes de proceder al escalón 4 y 5 considerar la derivación del paciente a atención especializada (evidencia D) (NICE). Los pacientes con asma de difícil control deben ser valorados en un servicio especializado multidisciplinar26.
En un pequeño grupo de pacientes con asma grave en los que no se consigue el control en el escalón 4, el uso diario de corticoides orales a la mínima dosis posibles consigue un control adecuado.
No hay evidencia de que el uso en días alternos produzca menos efectos secundarios que la administración diaria.
Medicación ahorradora de corticoides: anticuerpos monoclonales anti-IgE
Omalizumab está autorizado en niños mayores de seis años en tratamiento con dosis altas de CI y BAL con disminución de la función pulmonar, sintomáticos con crisis frecuentes y en los que la alergia juega un papel importante.
El tratamiento con omalizumab debe realizarse en centros especializados con experiencia en el manejo de pacientes con asma grave y de difícil control.
Prevención y tratamiento de efectos secundarios por corticoides orales
Los pacientes con tratamiento prolongado de corticoides orales (más de tres meses) o que requieren tandas frecuentes (de tres a cuatro al año) pueden estar en riesgo de desarrollar efectos secundarios sistémicos. Por ello se debe: monitorizar la tensión arterial y la glucemia, controlar la mineralización ósea (densitometría), monitorizar el crecimiento y vigilar la posible aparición de cataratas subcapsulares.
En el tratamiento de niños y adolescentes con asma de etiología alérgica se debe considerar el empleo de la inmunoterapia siempre que se utilicen extractos estandarizados biológicamente y los pacientes estén bien seleccionados. Este tratamiento ha mostrado un efecto beneficioso reduciendo los síntomas, la medicación de alivio y de fondo y la hiperrespuesta bronquial (tanto específica como inespecífica)23.
Además, la inmunoterapia puede prevenir el desarrollo de nuevas sensibilizaciones y de progreso a asma en niños con rinitis alérgica24.
La inmunoterapia es un tratamiento eficaz para el asma alérgica bien controlada con niveles bajos o medios de tratamiento (escalones terapéuticos 2-4), siempre que haya demostrado una sensibilización mediada por IgE frente a aereoalérgenos comunes que sea clínicamente relevante (nivel de evidencia A)25,26.
Las guías actualmente vigentes ofrecen una orientación del tratamiento farmacológico de fondo siguiendo una estrategia de escalonamiento, no siempre coincidente, para ajustarlo a la situación clínica del paciente y conseguir el mejor control de los síntomas y función pulmonar compatible con una óptima calidad de vida, a expensas de mínimos (o ausentes, si es posible) efectos secundarios y contando con las expectativas del paciente1,2,4.
Existen algunas diferencias en las recomendaciones de las GPC en cuanto al número de niveles, umbrales que definen los niveles, fármacos a utilizar en cada nivel y su gravedad (Tabla 4).
Tabla 4. Tratamiento farmacológico del asma en niños mayores de cinco años, según el nivel de control y la guía de práctica clínica consultada Mostrar/ocultar
Como aún no existe la posibilidad de elegir un tratamiento individual basado en los criterios específicos del paciente (farmacogenética), la elección del tratamiento farmacológico debe hacerse en base a la evidencia clínica disponible2.
Como no responden por igual los síntomas, el riesgo de exacerbaciones o la función pulmonar a los distintos fármacos, el pediatra debe ajustar individualmente, conociendo las características de cada paciente, las indicaciones generales que se exponen a continuación.
La evidencia existente sobre la seguridad de un tratamiento solo con BAC es insuficiente. Se observa una inflamación de las vías aéreas incluso en pacientes con síntomas de asma infrecuentes o de inicio reciente. Faltan estudios sobre el uso de corticoides inhalados en estas poblaciones1.
Los ß2 agonistas inhalados de acción rápida se administrarán a demanda y no según una pauta prefijada1,13,4.
Elección del medicamento controlador
Los CI mejoran los síntomas, la función pulmonar y previenen las exacerbaciones de asma con un perfil aceptable de seguridad. Disminuyen el descenso de la FP relacionado con las exacerbaciones graves de asma1.
Los ARLT, cuando se comparan con los CI, son menos eficaces en el mantenimiento de la FP y en el control de los síntomas y exacerbaciones del asma6.
El montelukast en niños de 2 a 14 años con asma leve persistente produce una modesta mejoría frente a placebo en las siguientes variable: disminución de las puntuaciones de los síntomas de asma, el empleo de β2 agonistas de acción corta, y número de días sin síntomas de asma1,2,5.
Según una revisión sistematica7, la utilización de ARLT se asocia con un aumento del riesgo en un 51% de sufrir una exacerbación que requiera tratamiento con un corticoide sistémico, una tasa de hospitalizaciones tres veces mayor y una tasa de abandonos por falta de control del asma dos veces mayor en comparación con el uso de CI. Los autores concluyen que en niños y adultos con asma leve a moderado persistente los ARLT son menos efectivos para prevenir la aparición de exacerbaciones y alcanzar el control.
Tratamiento intermitente del asma
Una revisión sistemática de calidad alta9 compara la eficacia del tratamiento con CI intermitente frente a diario en preescolares, niños y adultos con asma leve persistente; incluye seis ECA, de los cuales dos son en preescolares y dos en niños mayores de cinco años (N:401). Los resultados globales muestran que en los dos tipos de tratamiento no existen diferencias en el uso de corticoides orales, ni en la tasa de acontecimientos graves adversos para la salud. El tratamiento continuo se mostró superior al intermitente en varios indicadores de la función pulmonar (PEF matutino), de la inflamación de las vías aéreas (FeNO), control del asma y uso de tratamiento de rescate. Ambos tratamientos parecen seguros pero se observa una disminución modesta del crecimiento en el grupo que recibe beclometasona o budesonida a diario.
Esta práctica, aunque atractiva para médicos y pacientes, carece en la actualidad de evidencias suficientes que la soporten. Son necesarios estudios mayores que evalúen la eficacia del tratamiento intermitente en niños con una muestra y duración suficientes para observar efectos sobre el control de los síntomas, la función pulmonar y el crecimiento.
El uso intermitente de montelukast en los episodios de sibilancias por infecciones respiratorias de etiología viral no aporta beneficios en cuanto a disminución de los síntomas o necesidad de corticoide oral10.
Momento de introducción de los CI
El umbral exacto para introducir los CI no se conoce y las recomendaciones de la distintas GPC no son uniformes, pero el tratamiento de control diario regular debe iniciarse lo más rápido posible tras el diagnóstico de asma puesto que la evidencia disponible sugiere que:
Dosis inicial de corticoides inhalados
En el asma leve a moderada no hay ventajas en comenzar el tratamiento de control con dosis altas de corticoides inhalados en comparación con dosis bajas5.
Frecuencia de dosis de corticoides inhalados
En todas las edades, los corticoides inhalados se darán inicialmente dos veces al día. Una vez conseguido el control se puede valorar la administración de la dosis total diaria en una sola toma1,4,5.
Seguridad de los corticoides inhalados
Todos los corticoides inhalados presentan efectos adversos sistémicos relacionados con la dosis. La curva dosis-efectos secundarios es lineal, mientras que la curva dosis respuesta tiene forma exponencial con gran respuesta a baja dosis y escasa respuesta adicional a dosis mayores. Estos efectos pueden minimizarse empleando las dosis más bajas posibles que consigan un control óptimo del asma y la mejor calidad de vida15. Todas las guías1,2,4 apoyan la introducción de terapia combinada, teniendo en cuenta los efectos sistémicos indeseables de los corticoides a dosis alta, para minimizar estos.
Cuando se introduce terapia combinada la duración del ensayo dependerá del resultado deseado. Así cuando deseamos prevenir despertares nocturnos, el ensayo debe durar días o semanas, mientras que prevenir exacerbaciones o disminuir corticoides orales puede requerir un ensayo más largo de semanas o meses4. Si no hay respuesta debe interrumpirse el tratamiento introducido junto a los corticoides.
Criterio para introducir terapia combinada y elección de terapia combinada, según edades
No está establecida la dosis exacta de corticoides inhalados para considerar la introducción de terapia combinada, de 200 a 400 μg1,4, y no hay unanimidad sobre la estrategia a seguir en este escalón de tratamiento, la guía BTS4 recomienda la utilización de BAL como terapia añadida en niños mayores de cinco años. Sin embargo, la guía GINA en su actualización del 2015 y la guía de la Canadian Thoracic Society16 recomiendan doblar la dosis de corticoides hasta dosis media o alta antes de añadir BAL o ARLT al tratamiento con CI en niños mayores de cuatro años.
Un metaanálisis de la revisión Cochrane17 concluye que en los pacientes con obstrucción de las vías respiratorias de leve a moderada que no han recibido esteroides, el inicio de los corticoesteroides inhalados en combinación con agonistas β2 de acción prolongada no disminuye significativamente la tasa de exacerbaciones más que el logrado con los corticoesteroides inhalados solos; sí mejora la función pulmonar y los días libres de síntomas, pero no disminuye el uso de agonistas β2 de rescate comparado con los esteroides inhalados solos. Ambas opciones parecen seguras. Actualmente, las pruebas no son suficientes para recomendar el uso del tratamiento combinado en lugar de corticoides solos, como tratamiento de primera línea.
La evidencia derivada de tres revisiones sistemáticas17-19 indica que los BALno son inferiores como terapia añadida comparados con dosis medias de CI. Mejoran la FP medida por el PEF diurno, pero parece que no disminuyen el número de exacerbaciones, aunque para esta última variable la evidencia es muy baja.
Una actualización de la revisión Cochrane sobre la eficacia y seguridad de los antileucotrienos como terapia añadida en niños y adolescentes con asma no controlado a pesar de tratamiento de mantenimiento con CI20. Concluye que añadir antileucotrienos al tratamiento con CI versus utilizar una dosis de CI igual o superior no reduce de forma significativa el uso de corticoide oral o las hospitalizaciones. Por ello, los autores consideran que los antileucotrienos no son una opción eficaz y segura como terapia añadida en niños y adolescentes con asma leve o moderada.
Solo un estudio en niños21 compara las tres estrategias: añadir BAL a los CI, doblar CI y añadir ARLT al CI; y sugiere, analizando una variable compuesta de resultado, que no todos los niños responden igual y que se deberían probar distintas alternativas. No hay evidencia suficiente como para posicionar esta pauta en el escalón 3 de tratamiento.
Combinación de medicamentos en un solo dispositivo de inhalación
Se obtiene igual efecto en el asma dando el corticoide y el β2 adrenérgico de acción prolongada en un mismo dispositivo que en dos dispositivos separados, pero a efectos de cumplimiento la primera opción es superior4.
Todo lo que se dice en este estándar solo proviene de opiniones de expertos1,2,4 y de momento no hay ensayos controlados que orienten a la mejor opción. La lógica indica que si un ensayo de aumento de medicación es ineficaz, interrumpirlo (en el caso de haber incrementado la dosis de corticoides inhalados, reducir hasta la dosis inicial).
Todo lo que se dice en este estándar solo proviene de opiniones de expertos1-3, en relación a menores de 12 años, pero hay trabajos que avalan en mayores de 12 años que se puede conseguir disminuir los corticoides orales mantenidos que toma un paciente, administrando corticoides inhalados a dosis de hasta 2000 μg de budesonida equivalente4.
Descenso en la escala terapéutica
Este estándar se basa también en opiniones de expertos1-3, pues tampoco hay ensayos clínicos que indiquen como debe realizarse el descenso de la medicación en la escala terapéutica.
El descenso de la medicación debería ser valorado por el pediatra responsable del paciente, de acuerdo con la respuesta obtenida en los síntomas o la función pulmonar, que pueden ser monitorizados más fácilmente por el pediatra de Atención Primaria en sus revisiones periódicas.
Bisgaard publicó una revisión de estudios realizados desde 1995 a 2004 que valoran 2751 niños de 6 meses a 14 años tratados con montelukast por asma o rinitis, encontrando que el fármaco fue bien tolerado. Recientemente, la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense ha emitido una nota comunicando la aparición de eventos neuropsiquiátricos en pacientes en tratamiento con montelukast, zafirlukast o zileuton27,28.
Estudios de posmarketing de estos fármacos han puesto de manifiesto su asociación a casos de agitación, agresividad, ansiedad, temblor, insomnio y otros problemas del sueño, alucinaciones, depresión, irritabilidad, ideas y comportamiento suicida. En la citada nota, la FDA insta a los laboratorios fabricantes a incluir estas advertencias en la información que ofrecen sobre sus productos y, por otro lado, informa a los profesionales sanitarios que tengan en cuenta la posible aparición de estos eventos. En Canadá, tras la publicación de la nota de la FDA, se han comunicado 42 casos, 26 de los cuales eran menores de 18 años.
Los riesgos observados en monoterapia con BAL han servido para aceptar de forma generalizada la recomendación de no utilizar dichos fármacos en monoterapia, tanto en niños como en adulto. Por otro lado, aún no se ha aclarado cuál es la seguridad a largo plazo de la terapia combinada BAL/CI5. Una revisión con metaanálisis22 de estudios realizados en niños con asma concluye que la seguridad en términos de mortalidad de la terapia de combinación con formoterol o salmeterol en niños sigue siendo incierta. Por lo que en esta revisión se sugiere esperar a los resultados de nuevos estudios en marcha para clarificar los riesgos de la terapia combinada en niños y adolescentes con asma.
A pesar de todo lo expuesto, en los últimos años la prescripción de asociaciones de CI/BAL ha sufrido un marcado incremento de uso, básicamente porque se están empleando en situaciones donde lo indicado es un CI en monoterapia.
Para un completo conocimiento de las características de los productos (indicaciones, efectos secundarios, seguridad, etc.) recomendamos la lectura de sus fichas técnicas, disponible en la página web Agemed.es.
Estos efectos secundarios son menores y se reducen con el uso de una cámara de inhalación, del cepillado dental y el enjuague oral tras su administración. La guía del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), para disminuir los efectos secundarios, recomienda que las prescripciones no deben contradecir las recomendaciones autorizadas de comercialización de cada producto.
No existen en España estudios exhaustivos de coste-efectividad de las diferentes opciones terapéuticas; puede encontrarse una valoración de este aspecto en la guía NICE. Se recomienda que ante opciones terapéuticas de similar eficacia se opte por la más económica.
La derivación a atención especializada depende de la formación del pediatra de Atención Primaria, de los recursos disponibles para el manejo de sus pacientes con asma y de la evolución del paciente.
Los pacientes con asma de difícil control, a pesar de haber sido diagnosticados y tratados correctamente, una vez valoradas las posibles comorbilidades que puedan estar implicadas en un mal control, aquellos que requieren corticoides orales con frecuencia, han requerido hospitalización y los pacientes susceptibles de beneficiarse de tratamiento con omalizumab deben ser derivados a la consulta de Neumología Pediátrica.
Los pacientes que tengan un asma alérgica y puedan ser candidatos a la administración de inmunoterapia deberán ser derivados a la consulta de alergia pediátrica.
Juliá Benito JC, Murcia García J. Tratamiento de fondo del asma en el niño mayor de 4 años y adolescente. FAPap Monogr. 2020;1:46-57